lunes, 18 de abril de 2016

LAS 25 PREGUNTAS MÁS FRECUENTES REALIZADAS A PEDIATRAS:


1. ¿Cómo le curo el cordón umbilical?

La higiene del cordón es fundamental para evitar infecciones. Mantén la zona seca y bien limpia hasta que se caiga, lo que suele ocurrir entre la primera semana y la cuarta. Humedece una gasita en alcohol de 70ºC o clorhexidina y limpia muy suavemente el muñón, cuidando de no empaparlo. Después, protege la pinza con una gasa seca, que debes cambiar varias veces al día.

2. ¿Puedo cogerle en brazos si llora?

Claro. Aunque hay quien afirma que es mejor frenar las demandas “excesivas” de los bebés, cada padre puede elegir la forma en la que quiere educarle y la relación que desea establecer con ellos. Probablemente es peor dejarle llorando solo en su cuna que tomarlo en brazos, al menos, para tratar de saber qué le pasa y qué está demandando.

3. ¿Por qué está tan amarillo?

Puede que tenga ictericia, un trastorno habitual en los recién nacidos causado por un aumento de la bilirrubina en la piel y la sangre. Si ocurre durante los primeros 7-10 días de vida, los niveles de bilirrubina no son excesivamente altos, las deposiciones del bebé son normales y su estado general es bueno, no tienes de qué preocuparte, pero consulta con el pediatra.

4. Tiene las mamas hinchadas, ¿es normal?

Sí, por la acción de los estrógenos –hormonas maternas que, durante la gestación, agrandan los pechos de la embarazada y los preparan para la lactancia–, que han atravesado la placenta y llegado hasta él y tardan unos días en eliminarse tras el parto. No te alarmes si las mamas si sus mamas –sea niño o niña– están algo abultadas o sus pezones segregan gotitas de leche. No tiene tratamiento, es temporal y desaparece espontáneamente a los pocos días de vida –un mes como máximo–. No toques los pechos ni los presiones para intentar extraer la leche.

5. ¿Cómo alivio el cólico del lactante?
Si el pediatra se los ha diagnosticado a tu bebé, paciencia, porque no hay ningún tratamiento eficaz para combatirlo y desaparecen de forma espontánea entre el tercer y el cuarto mes de vida, ya que su sistema digestivo va madurando. Mientras tanto, prueba algunos remedios para aliviarle: cogerle en brazos y mecerle cantando una nana; salir a dar un paseo; darle un baño tibio, y un suave masaje en la tripa, y mantén la calma ante el llanto de tu hijo. Si no lo consigues, pide a alguien que te sustituya e intente tranquilizarle. El bebé nota tu estado de ánimo al cogerle, al hablarle, y se contagiará de tus nervios.

6. ¿Cada cuánto tiempo le doy el pecho?

Las primeras semanas, cuando el bebé lo pida. Ellos son los únicos que saben cuándo tienen hambre. Después de las primeras semanas, la madre ya conoce bien la forma de responder del bebé y puede empezar a organizar ciertos horarios en función de otros factores.

7. ¿Debe hacer caca tras cada toma?

En los lactantes que toman pecho la frecuencia de las deposiciones es muy variable. Hay bebés que hacen caca después de cada toma, y hay otros que tardan varios días –incluso cinco– en hacer una deposición.

8. ¿Cómo preparo su biberón?

Puedes usar agua del grifo –hervida durante 1-2 minutos– o agua mineral natural embotellada. Añade la leche en polvo siguiendo las pautas del fabricante y utilizando un cuchillo para nivelarla a la altura del borde del cacito; no aprietes para que entre más ni la dejes escasa, pues las medidas están calculadas de manera que no sea necesario hacerlo. Coloca la tetina y la tapa y agita el biberón. Comprueba la temperatura de la leche dejando caer unas gotas sobre la cara interior de tu muñeca. 

9. ¿Por qué regurgita después de comer?

Las regurgitaciones tras las tomas son muy frecuentes, y si no afectan a la ganancia de peso del lactante, no hay que preocuparse. Son más comunes en los bebés que llenan mucho su estómago, y que al eructar, expulsan parte de la leche que tomaron. Puede ser útil intentar que eructen a mitad de la toma para que el estómago no se distienda tanto. Si los vómitos afectan a la ganancia de peso, será necesario estudiar al niño para descartar problemas de salud.

10. ¿Cada cuánto tiempo le baño?

Por lo general, se recomienda esperar a que se le caiga el cordón umbilical, aunque ya muchos pediatras permiten el baño desde recién nacido, siempre que se seque bien el área del cordón. Usa siempre jabón de pH neutro, diluyéndolo en el agua, sin aplicarlo directamente sobre su piel.

11. ¿Tengo que ponerle crema tras cada cambio de pañal?

No abuses de las cremas, aunque deben utilizarse tras el cambio en aquellos niños con tendencia a irritaciones o dermatitis en esa zona. Procura dejarle a menudo con el culito al aire, y recuerda que lospolvos de talco están prohibidos en los cuidados del bebé. Recurre al tradicional método del agua y jabón.

12. ¿Le pongo el chupete?

El chupete plantea problemas si se utiliza en los primeros días de vida del bebé, ya que puede dificultar que se agarre bien al pecho. Desde entonces, puede ser útil para los niños más irritables, ya que les calma y les reconforta.


13. ¿Cómo debo abrigarle?

Lo justo para que no pase ni frío ni calor. Un exceso de abrigo es responsable de muchos casos detemperatura corporal elevada, que se confunde con fiebre, y de sudamina en los recién nacidos. La recomendación general es ponerle una prenda de ropa más que lo que tú llevas.


14. ¿Cada cuánto tiempo hay que medirle y pesarle?

En la Maternidad le pesarán todos los días. Al llegar a casa, no vayas todos los días a la farmacia de la esquina para pesar a tu hijo. El pediatra lo hará por ti en las revisiones. Lo mismo ocurre con la medición de su talla.


15. ¿Cuánto peso debe coger al mes?

No hay una cifra estándar. Depende del patrón de crecimiento de cada niño y del tipo de alimentación. En general, debería ganar unos 150 gramos a la semana durante el primer mes. A medida que vaya creciendo, la ganancia de peso será menor. Sin embargo, hay bebés que engordan en valores más bajos, y eso no significa que estén fuera de la normalidad.


16. ¿Cómo le coloco para dormir?

Boca arriba como medida de prevención de la muerte súbita. Ponerle de lado no es muy recomendable, ya que es una postura difícil de mantener para los bebés, que se pueden mover y quedar boca abajo. Cambia de postura su cabecita para evitar causarle deformidades posturales del cráneo.


17. ¿Cuándo puedo sacarle de paseo?

Desde que sale del hospital, salvo que haga excesivo calor o frío, que llueva... Comienza con un paseo de media hora, que puedes ir alargando a medida que pasan los días. Lleva más ropa en el bolso por si el tiempo cambia bruscamente, evita la exposición directa al sol, y ponle crema de alta protección.


18. No fija la mirada, ¿verá bien?

Con frecuencia el recién nacido bizquea, debido a una cierta laxitud en los músculos oculares. A los 4-6 meses ya es capaz de mover sus ojos de manera coordinada y de enfocar la mirada. Pero si pasado ese tiempo, el bebé sigue sin alinear sus ojos, hay que consultar con el pediatra porque puede tratarse de un estrabismo causado por un problema en la vista.


19. ¿A qué edad puedo pasarle a su habitación?

Los pediatras recomiendan esperar, al menos, hasta los seis meses. A partir de entonces, dejar que los niños duerman solos ha de ser una decisión familiar. No hay problema en que pasen la noche con sus padres varios meses más, si lo creen conveniente.


20. ¿Cuándo hay que llevarle al pediatra?

Cuando los padres noten que algo no va bien y que el bebé no se comporta como es habitual. También si esta muy decaído, tiene una fiebre muy alta que no cede, tos intensa y/o prolongada, dificultad respiratoria, irritabilidad o diarreas intensas con signos de deshidratación. Y por supuesto, siempre que exista un accidente o una sospecha de intoxicación.


21. ¿Qué hago si tiene fiebre?

Primero debes confirmarlo. Para medir su temperatura es mejor hacerlo por vía rectal. Si la temperatura rectal es de 36,5-37,5 ºC, es normal; si llega a 37,9 ºC, puede deberse a un ambiente demasiado caluroso o a que está muy abrigado; y si supera los 38 ºC, entonces el bebé tiene fiebre. Aligera su ropa y acude al pediatra, sobre todo si tiene menos de tres meses.


22. ¿Se pueden calmar las molestias de los dientes?

Algunos niños tienen molestias por la salida de los dientes, pero otros pasan su dentición sin enterarse. No hay mucho que puedas hacer para prevenir las molestias, aunque sí puedes aliviarlas. Lo más eficaz, sin duda, es la administración de analgésicos para calmar el dolor, siempre que el pediatra los prescriba. Además, puedes facilitarle un mordedor –ponlo unos minutos en el congelador para que esté fresquito– y evitar darle su comida muy caliente.


23. ¿Puedo limpiarle las encías?

La higiene bucodental debe empezar desde los primeros meses de vida. Pasa una gasita mojada por las encías y la lengua, sobre todo si al bebé le ha salido su primer diente y ya toma purés. Hazlo suavemente para no irritar las encías.


24. ¿Debo darle suplementos vitamínicos?
Desde el primer mes de vida se recomienda el uso de vitamina D, en especial en los bebés alimentados al pecho –las leches de fórmula están enriquecidas con este nutriente–. El resto de las vitaminas no son necesarias si el niño tiene una alimentación equilibrada. No obstante, pueden estar indicadas en casos de déficit nutricional.


25. ¿Cuándo introduzco la alimentación complementaria?

Se suele introducir a partir de los cuatro meses en forma de cereales sin gluten. Las frutas y las verduras se inician, en general, a los seis meses, cuando el bebé es capaz de sacar la lengua para rechazar la comida cuando ya no quiere más, o cerrar la boca y mover la cabeza hacia un lado. Este reflejo evita, en parte, que los padres sobrealimenten al niño.

Asesoramiento: Dr. Jesús Martín-Calama, pediatra del Hospital Obispo Polanco, de Teruel.

¿Qué significados tiene el llanto de un bebé?


Nuestro bebé nace con la capacidad de comunicarse, y uno de los modos de hacerlo es el llanto, es más, se trata del primer método de comunicación que usará para transmitirnos lo que no es correcto en su entorno o en si mismo, lo que no le gusta. El significado del llanto del bebé es lo que vamos a ver con detalle, para ser capaces de comenzar a reconocerlos e interpretarlos.
Si aceptamos esto como básico podemos adaptarnos e incluso interpretarlos mejor. El bebé gritará y llorará si tiene sueño, hambre, frio, miedo, soledad, tristeza, cansancio, dolor o molestias. Todos sus sentimientos y sensaciones negativas nos las va a poder comunicar mediante el llanto y los gritos.
Reconocer lo que el niño expresa es fundamental para atender sus necesidades rápida y correctamente. El llanto es con lo que nuestro pequeño bebé se expresa con mayor emoción y que reserva para las cosas que para él son primordiales o muy importantes. Entenderlo se convertirá en algo apasionante, que nos llena de una bella sensación de recompensa y que además puede servir para aumentar nuestra unión con el pequeño.
Veremos a continuación los diferentes tipos de llanto del bebé y como reconocerlos.
El patrón básico del llanto sigue un patrón rítmico, formado por un grito, un breve silencio y un silbido aspirando que desemboca en el comienzo del grito inicial, que así se repite.
El llanto de enfado es parecido al llantó básico, sin muchas variaciones, pero es más agudo, como si forzara las cuerdas vocales.
Cuando tiene hambre el llanto es grave y agudo alternativamente y con un ritmo lento y rápido también de forma alterna. Tomará aire de golpe y si le hablamos suele poder controlarse y mirarnos. Puede morderse las manitas y retorcerlas en su boca. Si le mostramos el alimento, el pecho o el biberón, sus llantos se transforman rápido en un gruñido de satisfacción. Obviamente, aunque se calme brevemente al tomarlo en los brazos, lo que le hará sentirse bien es comer.
El llanto del cansancio es suave y rítmico, casi como se cantara a si mismo para relajarse. Llore o no, a la mayoría de los bebés les gustara estar en brazos en esos momentos y ser acompañados por nuestro movimiento y voz suave.
En cambio, si lo que le pasa es que se aburre, el llanto será diferente. Un llanto monótono con subidas de tono enrabietadas. Se para cuando lo tomamos en brazos y lo distraemos. El llanto de malestar suene lijeramente semejante, pero es más agudo y no para cuando lo abrazamos, sino cuando identificamos la causa de las molestias, que puede ser la necesidad de un cambio de pañal.
El bebé también llora si tiene dolor. Ese llanto se caracteriza por un grito repentino, sin gemidos, y el chillido inicial se sigue de un período de respiración más largo.
Cada tipo de llanto suele ir acompañado de otras manifestaciones físicas que, con atención, podremos ir identificando. Entender el significado del llanto del bebénos ayudará a afrontar esos primeros meses con más tranquilidad y a atender mejor al recién nacido.




Primeros cuidados.

Cada bebé es único, por eso, los cuidados dependerán de ese nuevo ser, de su madre y del vínculo entre ambos. Madre e hijo de a poco aprenderán a conocerse y a seguir construyendo ese vínculo tan especial que se inició en el embarazo.

El objetivo de esta guía será, entonces, ayudarte a cuidarlo sin que te compliques y a entenderlo mejor para que puedas relajarte y disfrutar de tu bebé en cada paso de su crecimiento y desarrollo.


Mucosa:


En los primeros dos o tres días de vida es común en algunos bebés la secreción de gran cantidad de mucosa incolora que hasta puede causarle vómitos y/o regurgitaciones. Esto se debe a que ocasionalmente su estómago se llena de esta sustancia y el bebé la eliminará a través de su garganta.

Piernas y brazos:


Normalmente, al nacer y por un período breve de tiempo después, los bebés mantienen sus brazos y piernas dobladas. Esto se debe a la posición en la que estuvieron durante los meses de gestación en el útero materno. Ante cualquier duda consultá a tu médico.

Pechos:


En muchos casos, tanto los varones como las mujeres, nacen con sus pechos inflamados. Las hormonas maternas que han pasado al cuerpo del bebé antes de nacer son las causantes. Generalmente los pechos tardarán en deshincharse entre una semana y hasta dos meses.

Si tu bebé tiene los pechos hinchados no intentes apretarlos, puesto que puedes causar una infección.
Consulta a tu médico si notas que se ponen colorados.

Flujos vaginales:


Con frecuencia, las niñas recién nacidas pueden sangrar muy levemente a través de la vagina durante el primer y segundo día de vida y hasta doce días después. Esto se debe a que las hormonas maternas han pasado al cuerpo del bebé antes del nacimiento.


Otra posible secreción vaginal es la de una mucosa blanca inmediatamente después del parto. Este tipo de secreción es mucho más común.
Será importante determinar si el sangrado proviene de la zona vaginal o rectal, puesto que las causas de uno y otro no son las mismas.
De todos modos, en el caso que tu bebé esté entre estos casos, consultá a tu médico.



Piel:



Al nacer, la piel de tu bebé puede aún conservar una vellosidad llamada lanugo en su espalda, hombros y brazos. Esto es totalmente normal y la irá perdiendo con el roce de la ropa y el baño.

Además, es probable que notes pequeñas marcas blancas ("manchas de leche") en la cara. Estas desaparecerán en uno o dos meses sin aplicar ningún tratamiento.
Asimismo, en algunos casos notarás eritema, unas manchitas color púrpura entre los ojos, por sobre la nariz y/o arriba del área de la nuca. Generalmente desaparecerán en uno o dos años.


Por otro lado, con frecuencia, luego del primer o segundo día de vida, los recién nacidos desarrollan una erupción colorada que se asemeja a la picadura de mosquito. Esta clase de urticaria es inofensiva y desaparecerá eventualmente.


También puede desarrollar dermatitis del pañal. Esto ocurre ocasionalmente uno o dos días después del parto. Simplemente incrementá el tiempo de exposición de su piel al aire cuando le cambiás el pañal o cuando lo bañás. En estos casos podés pedirle a tu médico que te recomiende alguna crema para aplicarle en la zona afectada.



Fontanela:

En la parte centro superior de la cabeza de tu bebé donde no hay hueso del cráneo, se encuentran espacios blandos. Estas aberturas entre los huesos craneales se denominan fontanelas y permiten achicar el diámetro de la cabeza y de esa manera permitir su pasaje por el canal de parto.

Por lo general, las fontanelas se cierran entre los seis y dieciocho meses de vida.



Deposiciones:

Después de dos o tres días de alimentarse del pecho sus deposiciones serán color amarillo-mostaza y su consistencia floja.

En caso que el bebé se alimente con fórmula sus deposiciones iniciales (meconio) cambiarán de tono primero hacia el verde y luego hacia el amarillo a medida que pasan los primeros días.

A medida que tu bebé comienza a alimentarse, notarás que tendrá una deposición después de cada comida. De todos modos, la cantidad de deposiciones diarias disminuirán luego de algunas semanas. Los bebés que toman fórmula pueden ver reducidas sus deposiciones a una diaria.

Muchos bebés lloran y se molestan con las primeras deposiciones. Todo esto es normal, siempre y cuando el bebé no esté constipado, fenómeno que se torna poco probable si le das pecho.



Ictericia:

En los comienzos, el hígado de tu bebé no está listo para soportar el aumento de la bilirrubina, sustancia que se genera al producirse la ruptura de los glóbulos rojos. En la mayoría de estos casos esta condición desaparecerá gradualmente luego del cuarto o quinto día de vida.  Sin embargo, en casos más severos se lo deberá tratar. A medida que se normaliza el funcionamiento del hígado se desvanecerá esa tonalidad de su piel y de sus ojos.



Cordón umbilical:

Algunos expertos recomiendan no bañar al bebé en la bañadera para no mojar el cordón mientras no se le haya caído. Sin embargo, hay quienes no están de acuerdo. Usualmente, el cordón se caerá de una a dos y hasta tres semanas después del parto.

Lo importante es mantener el pañal por debajo del cordón para permitir que se seque con el contacto con el aire y aplicar alcohol en la parte más cercana a la piel utilizando una gasa cada vez que le cambies el pañal.

Si la zona se torna colorada o dura o si tiene alguna secreción o mal olor puede tratarse de una infección, consultá a tu médico; él te indicará el tratamiento a seguir.



Aumento de peso y crecimiento:

Todos los bebés pierden peso en los primeros tres o cuatro días y luego comienzan a aumentar de peso. Como regla general, los bebés duplican su peso a los cinco meses y lo triplican al año.

Su crecimiento aproximado es de 25 cm en el primer año.



Pene y vagina:

En el caso de las nenas, usá una tela limpia suave, agua tibia y jabón neutro para remover cuidadosamente los restos de las deposiciones que pudieran quedar entre los labios de la vagina. Siempre higienizá esta zona de adelante hacia atrás para evitar que los gérmenes del recto lleguen a la vagina. 

Notarás que al nacer se le colocará un antibiótico en forma de pomada en sus ojos para prevenir posibles infecciones.


No es necesario seguir ningún procedimiento especial para la higiene de sus ojos siempre que la esclerótica (parte blanca del ojo) esté blanca.


Para higienizar la zona usá sólo agua tibia y una tela limpia o un poco de algodón, desplazándolo desde la parte más cercana a la nariz hacia afuera.


Si la parte blanca se torna colorada o amarillenta contactá a tu médico.



Estornudos:

Los bebés recién nacidos suelen estornudar sin razón aparente. Con frecuencia estornudan al exponerlos de repente a la luz.

Al estornudar despejan los orificios nasales de sustancias no deseadas.


Si tu bebé está congestionado y tiene tos o está inapetente, consultá a tu médico.




Llanto:

Pero tu bebé no siempre llorará por hambre. Durante nueve meses tu bebé estuvo contenido dentro tuyo. La temperatura a la que estaba expuesto era la correcta, la cantidad de alimento era el correcto, la luz o mejor dicho la falta de luz junto con los sonidos y el movimiento que disfrutaba le proporcionaban el medio ideal.

Ahora tu bebé está en el mundo exterior y es probable que por momentos se sienta solo y desprotegido. Es por eso que a veces llorará para llamarte y tenerte cerca. Simplemente necesita sentir tu calor y tu olor.

Asimismo, asegurate que la ropita no le ajuste alrededor del cuello. No debe tener nada que le impida mover su cabecita hacia los lados. Además, su colchón debe ser firme y durante los primeros seis meses de vida es preferible que duerma en una cuna sin almohadas o muñecos de peluche con los que se pueda sofocar.




Hipo:

En muchos casos los bebés tienen hipo después de comer. Esto se debe a que han tragado mucho aire. No es para alarmarse, sólo les durará de cinco a diez minutos. Podés intentar que eructe, ofrecele un poco más de leche o el chupete para apresurar su conclusión.



Eructo:

Al eructar, el bebé libera el aire que haya tragado al llorar o comer.

Si el bebé traga mucho aire al comer, se sentirá satisfecho y perderá interés en la leche. Al eructar eliminará el aire y de este modo seguirá comiendo un poco más. Para hacerlo colocá a tu bebé contra tu pecho en posición vertical o sentado sobre tu falda sosteniéndole el mentón con tu mano. En ambos casos palmeale suavemente la espalda por debajo de las costillas durante dos o tres minutos.


Si no eructa intentá acostarlo sobre su pancita por unos minutos y volvé a levantarlo. Por lo general esto hace que las burbujas de aire cambien de posición y salgan.
En ciertas ocasiones los bebés no necesitan eructar (muchos bebés que toman pecho no tragan aire al comer). Así que no te desesperes si no eructa luego de intentarlo por varios minutos.


En ciertos casos algunos bebés necesitan eructar antes de comer, especialmente si lloraron por un rato.




Baño:

Muchos padres bañan a sus bebés todos los días. Sin embargo, un baño completo dos o tres veces por semana es suficiente para un bebé recién nacido.

La regla principal para el baño consiste en comenzar higienizando las partes más limpias (ojos) y por último las más sucias (cola y genitales).


De más está decir que la cola debe higienizarse cada vez que se cambia el pañal.
Evita usar demasiado jabón y usá agua tibia para enjuagarlo.


Si tu bebé no disfruta del baño, en lugar de darle un baño completo lavale la cabeza un día, el cuerpo al siguiente y sus brazos y piernas al siguiente. De este modo le habrás dado un baño completo en tres días.


Para limpiar su nariz y oídos no utilices objetos duros ni hisopos. Un trozo de tela húmeda sobre la punta de tu dedo será suficiente. No intentes limpiar sus canales auditivos o dentro de su nariz.


Si tu bebé tiene frío, tendrá sus manos y pies fríos, su espalda estará fría y se acurrucará en su cuna para conservar el calor (mientras que tiene calor se estira para perder temperatura corporal).


La temperatura ambiente será la correcta si sus manos y pies están frescos y el resto del cuerpo tibio.


Para ayudarle a retener la temperatura corporal colocale un gorro de algodón especialmente por la noche.




Ropa:

No debería ser difícil determinar cuán abrigado debe estar el bebé. Si las temperaturas son bajas simplemente agregale ropita hasta que su cuerpo esté y se mantenga tibio.
Si la temperatura es elevada, usa ropita liviana. Por lo general, si hace más de 25 grados sólo necesitará el pañal.


En el primer y segundo día de vida tu bebé ensuciará el pañal con una sustancia llamada meconio de color oscuro, casi negro.

Durante la primer semana de vida la piel y la esclerótica (parte blanca del ojo) de tu bebé pueden tornarse amarillos, a esto se le llama ictericia del recién nacido. Veinticuatro horas después del nacimiento se le quitará el broche que se le colocó en el cordón umbilical al nacer.

Al higienizar su pene no intentes tirar del prepucio (la piel que cubre el glande), puesto que generalmente está adherido (si tu bebé no está circuncidado) y se puede desgarrar. En muchos casos estará adherido durante los primeros años de vida. Por lo tanto al higienizarlo, sólo hacelo en forma exterior.

Ojos:


La primera visita al oftalmólogo se recomienda dentro de los tres meses de vida del bebé.
Los bebés lloran más a partir del segundo o tercer día de vida, puesto que en los comienzos está más somnoliento y menos hambriento.

No temas malcriar a tu bebé al responder de inmediato a su llanto; de esta manera crearás un vínculo basado en la comprensión y ayudarás a que se sienta seguro de si mismo brindándole seguridad. No te desanimes si los comienzos son difíciles; de a poco aprenderás a reconocer los distintos llantos de tu bebé. 

Sueño:


Estudios recientes realizados por la American Academy of Pediatrics concluyen que los incidentes de síndrome de muerte súbita pueden reducirse colocando al bebé sobre su espalda y no sobre su estómago al dormir. Hasta tanto no se le seque el cordón umbilical podés colocarlo de lado, puesto que los casos de muerte súbita sólo se dan en bebés de más de 28 días de vida. Ante cualquier duda consultá a tu médico.

Temperatura ambiente:


Es difícil generalizar acerca de qué temperatura ambiente debe estar el bebé. Para la mayoría de los bebés recién nacidos la habitación debe estar en 20 grados centígrados aproximadamente. Si tu bebé está muy abrigado sentirá calor y notarás que suda y puede desarrollar urticaria.